Tus ojos color azabache...

Querida Helena,

Hoy hace ya tres años que viste la luz por primera vez. Tres años desde que abandonaste el cálido abrigo del vientre de tu madre, que dejaste de oir el rumor de su corazón y te enfrestante a la locura de la vida.

Cuando llegastes no estabas sola, te esperábamos ansiosos tu hermano y yo, con unas inconmesurables ganas de sostenerte en nuestros brazos y perdernos en tus ojos color azabache. Si hoy volvieses a nacer seríamos tres las personas que te esperaríamos, porque hoy tambien te esperaría tu pequeña hermana Nuria tambien te estaría esperando.

El día que te fuiste pensé que nunca podría volver a abrazar a un bebé sin que mi corazón se volviese a quebrar como el día que supe que te tendría que dejar marchar, pero Aniol me enseñó que me equivocaba. Y aquel día también pensé que nunca podrái volver a ser feliz, verdaderamente feliz, pero ahoa tu hermana me ha enseñado que eso tampoco era cierto, y ella, junto a tu hermano y tu madre me hace feliz, día a día, minuto a minito, con cada sonrisa, con cada suspiro, con cada beso.

Hoy tendrías 3 años y correrías por casa, como un pequeño demonio, con tu pelo negro revuelto y tus enormes ojos, profundos y oscuros, clavados en la siguiente travesura, o quizás sentada en el sofá peleando con tu hermano por decidir que dibujos ver a continuación, o mi preferida, dormida en mis brazos, con tu cabecita subiendo y bajando al compás de mi respiración.

Pero no los tienes, y lo único que me quedan sos tus recuerdos y esas charlas que tenemos cada noche antes de que me venza el sueño. Sé que donde quieras que estés serás feliz, feliz sabiendo que en nuestros corazones siempre estarás presente.

Tu padre que te quiere.