Querida Helena,
Te escribo hoy con el pecho más ligero, esa garra fría que me oprimía desde el día que nos dimos cuenta que padecías una enfermedad congénita, ha relajado su presa. Y es que ayer fuimos a hablar con el Doctor Luis Pérez, el jefe de Mariví, y nos explicó que con la información que le habíamos hecho llegar (tu necropsia, los distintos informes de San Joan de Deu y del Hospital de Nens y sobre todo con el detalle de que tenías un pequeño Nevus lineal sebáceo en la carita) nos podía asegurar que tu enfermedad se debió a una mutación somática durante la gestación.